A pesar de alguna jornada de viento huracanado y algunas lluvias poco persistentes, no podemos creer la suerte que estamos teniendo con todo. Uno no sabe a qué se puede deber que existan las rachas. Por qué se suceden las rachas? Por qué hay veces que casi todo sale mal y otras en cambio, casi siempre sale bien? Sea lo que sea y para nuestro gozo estamos en la buena ola. La suerte nos sonríe.
La Alaska Highway es una arteria importante de comunicación y como tal, muy transitada por camiones y "snow birds". Por eso respiramos aliviados cuando cogemos la carretera 37, también conocida como Stewart Cassiar Highway. Estamos en la provincia de British Columbia. Cuando salimos de la carretera 37 y volvemos a la civilización nuestras alforjas adelgazan de provisiones de comida. Ya no hará falta acarrear tanto.
Nos sentimos afortunados de conocer gente extraordinaria y eso que la mayoría de los caravaneros viven en su micromundo de confort ajenos a lo que ocurre de puertas a fuera. A algunos incluso parece que les moleste que osemos compartir la carretera con ellos. Pero cuando te topas con los que te ven no como un estorbo sino como un inconsciente pero simpático personaje entonces las cosas buenas suceden. La gente nos cuida, nos empuja. Y nosotros sonreímos, y con la sonrisa se pedalea mejor, eso es obvio.
Por fin vemos muchos osos. Es imposible describir lo que sientes al verlos tan cerca.
Todo va sobre ruedas. La vida nos sonríe.
El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no debe quejarse si se pasa.
Pues a gozar se ha dicho!
La Alaska Highway es una arteria importante de comunicación y como tal, muy transitada por camiones y "snow birds". Por eso respiramos aliviados cuando cogemos la carretera 37, también conocida como Stewart Cassiar Highway. Estamos en la provincia de British Columbia. Cuando salimos de la carretera 37 y volvemos a la civilización nuestras alforjas adelgazan de provisiones de comida. Ya no hará falta acarrear tanto.
Nos sentimos afortunados de conocer gente extraordinaria y eso que la mayoría de los caravaneros viven en su micromundo de confort ajenos a lo que ocurre de puertas a fuera. A algunos incluso parece que les moleste que osemos compartir la carretera con ellos. Pero cuando te topas con los que te ven no como un estorbo sino como un inconsciente pero simpático personaje entonces las cosas buenas suceden. La gente nos cuida, nos empuja. Y nosotros sonreímos, y con la sonrisa se pedalea mejor, eso es obvio.
Por fin vemos muchos osos. Es imposible describir lo que sientes al verlos tan cerca.
Todo va sobre ruedas. La vida nos sonríe.
El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no debe quejarse si se pasa.
(Miguel de Cervantes)
Pues a gozar se ha dicho!
Hay pocas cosas que nos han enternecido más que ver a los osos comer flores. Les ves tan grandes y tan poderosos y son tan temidos que no casa con la imágen que luego ves delante de tus ojos. |
Solo un indio de la India o una mosca australiana pueden ser tan tocacojones como los mosquitos. Cuatro leños que alguien dejó olvidados y una puerta abandonada hacen la pesadilla más llevadera |
Una furgoneta abierta abandonada donde puedes meter la comida por la noche es una tentación demasiado alta como para dejarla escapar... |
Las ardillas son el enemigo oculto. Son expertas en taladrar alforjas. Que nadie se fíe de la cara de buenas que ponen en las fotos... |
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